¡Alarma! Se avecinan comidas, cenas y muchos momentos para pasar con nuestros seres queridos. Y aunque deberían ser citas felices, todos sabemos por experiencia que pueden vivirse instantes de gran tensión.
Al principio pueda parecer divertido juntar familia y alcohol, pero pasadas unas horas o unos minutos sabemos el resultado al que eso conlleva puede ser desastroso.
De repente, salen a relucir conflictos y envidias entre hermanos, discusiones políticas entre familiares con posiciones completamente opuestas o discursos acerca de cómo tienes que vivir tú o tu pareja según tu padre.
En fin, que es la historia de siempre pero sigues cayendo ¿verdad o mentira?
Por tanto, no importa si sois sólo tres en la cena o una gran familia. Evitemos escenas trágicas y tengamos la fiesta en paz.
Lo fundamental es seguir unas reglas básicas que eviten el conflicto:
- No tratar temas que no se han tratado durante el año o que dieron lugar a enfrentamientos.
- Centrarse en los rasgos que unen, por ejemplo el nexo de pertenencia, la familia.
- Hablar de temas mundanos, como los niños, la casa o una película. En ningún caso temas de política y dinero.
También es importante que se mantenga el respeto y la inteligencia emocional.
1. Empatía
Es importante que tengamos en cuenta que detrás de la otra persona puede estar habiendo malos momentos, problemas en el trabajo o ciertos miedos. Nadie es capaz de dejar a un lado su vida diaria y puede que, sin que sea su intención, lo paguemos los demás. Es su responsabilidad, pero también es la nuestra movernos por la empatía o la paciencia.
2. Los temas en la mesa
A la familia ya la conocemos, ya hemos pasado más veces las fiestas con ellos y sabemos cómo son. A partir de ese conocimiento, debemos tener cuidado con los temas que se sacan en la mesa. No hacer caso a ciertos comentarios, como si no hubieran pasado, o reconducir la conversación puede ayudarnos a relajar tensiones.
3. Alternativas
¿Cómo ha sido el desarrollo de las comidas o las cenas de otros años? Busca la forma de generar una nueva alternativa que pueda crear recuerdos buenos. Introducir juegos puede ser una buena opción, o eliminarlos si es lo que hace que discutamos.
4. Una retirada a tiempo
No es necesario alargar la sobremesa más de lo necesario. Una vez que finalizan los postres y hemos tomado el café o la copa, podemos decidir marcharnos a casa. Alegar cansancio o que al día siguiente tenemos un evento, nos puede servir como excusa. Pasar mucho tiempo con la familia también puede desgastarnos y hacer que la paciencia termine por agotarse.
5. Último año
Si cada año se discute, si pasamos un mal trago y si el resto del año estamos pagando las consecuencias, tal vez debamos plantearnos si merece la pena. Puede que lo mejor sea pasar las fiestas separados y hacer planes diferentes, como irse de viaje. Poner tierra de por medio siempre suele funcionar.